Mi madre es de la antigua usanza: a ella le gustan las fotos en papel para poder ojearlas cuando quiera sin necesidad de que mi padre se las enseñe en el ordenador.
Hoy me ha sorprendido: le ha cogido tal cariño a nuestro Boquerón que le ha pedido a mi padre que comprara un cartucho de tinta fotográfica y papel fotográfico, para preparar un álbum del gatito.
Ayer mi querido Boquerón tuvo una anécdota muy graciosa: mientras mi chico estaba desayunando de pie al lado del fregadero y Boquerón estaba bebiendo del grifo del mismo (le encanta), la chica que nos ayuda con la limpieza sacó del armario... ¡la temida aspiradora! Fue verla, y Boquerón dejó de beber agua (que mira que es difícil) y muy despacito, como para no llamar la atención, se fue a esconder detrás de su amo, con cara de "¡Qué no me encuentre, qué no me encuentre!"...