El lector

Día de veterinario

El Viernes llevamos a Boquerón al veterinario para que vieran la evolución que había tenido con la comida nueva y el cacharro de comer. Como le han visto sanote, en principio seguimos con la misma comida otros 2 meses y después se verá.


Como ahora come menos, está perdiendo el sobrepeso que venía teniendo. Sin embargo, a mí me preocupaba ese hecho y nos han dado también latitas de comida blanda de la misma variedad, y muy bien, le gustan mucho.


Yo, de todas formas, últimamente estoy un poco mosca, porque a veces le viene como un hipo (que a lo mejor es una arcada) justo después de comer, y el otro día estaba olisqueando algo minúsculo y blando del suelo, que bien podría haber venido de su tripa. Hay que seguir observándole...

Los amigos de Boquerón

Hoy voy a hablaros de dos 'amigos' de Boquerón, Tommy y Altramuz. Son dos historias un poco tristes pero con final feliz.


Tommy es un gato de año y medio que fue tirado de un coche junto con una gata blanca y un conejo a las puertas de la urbanización de unos amigos. La pobre gata falleció atropellada por un coche; el conejo tuvo más suerte porque uno de los vecinos de la urbanización tenía una granja de conejos y lo adoptó. Tommy se pasó un mes perdido por el monte, soportando lluvias bastante fuertes, hasta que un día se encontró con mis amigos y lo adoptaron.


Este es Tommy dentro de su cesta:

Altramuz es un gatito de 2 meses con una historia curiosa: un perro decidió quedárselo como juguete y se lo llevó a su casa. El susto del dueño fue mayúsculo, como os podréis imaginar, hasta el punto de que llegó a pensar que el pobre gato había muerto. Pero afortunadamente, el animalito estaba vivo. Al chico le hubiera gustado quedárselo, pero claro, con el perro y una casa pequeña como tiene no podía. Nos ha costado encontrarle un hogar de adopción (hay muchos que nos lo hubiéramos quedado con gusto, pero por unas cosas o por otras nadie podíamos), y por fin lo hemos conseguido.


Este es Altramuz en el momento de la adopción:

La evolución del "bichi"

Tras nuestro paso por el veterinario, el cambio de dieta y el nuevo dispensario de comida, parece que el bichito evoluciona favorablemente. En los primeros días hubo cierta alarma porque a pesar de los cambios volvió a vomitar, pero todavía le estábamos mezclando la comida antigua con la nueva (según directrices del veterinario) y el cacharro estaba puesto en el modo "fácil" (tiene tres posiciones de dificultad). Pero tras eliminarle definitivamente la comida antigua y pasar al modo "difícil" la cosa está yendo fenomenal, tanto que ahora está más activo que nunca y no para de reclamarnos jugueteos y mimos.


Otra cosa que ha sido efectiva es quitarle el agua de al lado de la comida y ponerle varios cuencos por toda la casa. El grifo lo sigue reclamando pero menos, y nos vamos con la tranquilidad de que no se va a quedar sediento hasta que volvamos a casa.


Por cierto, este finde nos hemos enterado que nuestro gato es paracaidista: sus antiguos dueños nos contaron que una vez se tiró desde un segundo piso a un patio interior ('pa verse matao').